Cuando enviamos a nuestro hijo a un año académico en el extranjero, todos pensamos que cuando vuelva, volverá nuestro querido y añorado hijo/a que se fue hace 9 meses. Pero eso no es así, para él/ella muchas cosas han cambiado y quiero explicarte como se siente al volver, qué te vas a encontrar y cómo actuar.
A su regreso, se produce un choque, tanto para él como para la familia. Para tu hijo/a es una re-adaptación pero esta vez sintiendose diferente al que se fue.
Los estudiantes que realizan el año académico en un país europeo, no sentirán este cambio tan radical, puesto que normalmente regresa a casa cada mes y medio aproximadamente. El gran cambio sucede cuando transcurren 9 o 10 meses fuera de casa.
LOS CAMBIOS: Cómo se siente al volver
Nuestro hijo/a vuelve volando, volando en una nube de emociones, tristeza por irse, alegria por los reencuentros con su familia y amigos, euforia por lo aprendido, con subido de autoestima que ha tenido en cada uno de sus aprendizajes. Se ha encontrado, conocido y visto de todo lo que es capaz, sabe que puede estar solo, adaptarse, ser feliz y lo mejor de todo, ahora conoce el cariño y apoyo de sus padres, algo que va a valorar siempre desde ahora.
Los cambios que ha experimentado durante todo su año académico en el extranjero han ido amoldando su carácter adolescente. El niño/a que regresa no es aquél que en su momento marchó, en su lugar regresa otro: más maduro, más seguro de sí mismo, con una estabilidad emocional más marcada y una autoestima mucho mayor.
Cuando tu hijo/a regresa, todo le parece un sueño, su vida anterior a irse le parece muy lejana, ya no se siente el mismo, la vida a la que regresa la conoce y se siente más seguro para afrontar lo que le suceda.
QUÉ TE VAS A ENCONTRAR
Después de estudiar un año escolar en el extranjero, vuelve a tu casa un adolescente de entre 15 y 18 años diferente. Estos 9/10 meses han pasado muchas cosas y muchas veces ha tenido que salir de su zona de confort, resolver sus problemas sólo, afrontar miedos o soledades, y lo ha sabido resolver y superar. Esto ha hecho que se forme un carácter fuerte y seguro, se siente capaz de todo.
Por otro lado el estar fuera de casa estudiando en un colegio interno o en una familia hace que adapte nuevos hábitos y olvide algunos que tu le enseñaste.
Todos estos cambios, los que te gustarán y los que no, forman parte del programa, de su crecimiento personal, académico y social.
Para poder adaptarse a una nueva cultura inevitablemente ha tenido que cambiar y mimetizarse con el ambiente que le rodeaba. Así ha podido ser uno más, aceptado y respetado. Eso es lo que hace que el programa de año escolar sea un éxito, adaptarse a otra cultura.
Cuando nuestro hijo/a vuelven de estudiar un año escolar en el extranjero has de saber que ya no son los mismos, la adolescencia son edades de muchos cambios, pero si sumas esos cambios a irse, además, al extranjero, esos cambios se multiplican exponencialmente.
Es cierto que estos cambios en su personalidad no se podrían producir sin estas experiencias, así que el computo global siempre serán positivo por todos sus aprendizajes, pero ahora te toca a ti adaptarte a sus cambios y seguir educándole.
¿Cuáles son algunos de los cambios con los que te puedes encontrar a su regreso?
- Más maduro
- Más independiente
- Más desordenado
- Más responsable
- Cambios en sus gustos alimenticios, quizás con quilos de más
- Cambios en su forma de vestir
- Dificultades para aceptar algunas las normas de casa que le pueden parecer para más pequeños.
- Necesidad de estar con la familia
- Necesidad de relaciones sociales con amigos
Infórmate acerca de las becas para estudiar en el extranjero.
NUESTROS CONSEJOS
Lo que siempre recomiendo a los padres, es que no vayan “a por todas”, es decir, quizá no nos acabe de gustar como viste, como nos responde, sus horarios, su disciplina. Quizá hayan varias o muchas cosas de todo este cambio que no nos gustan como padres. Pero debemos tener paciencia y priorizar lo que queremos cambiar o lo que más nos molesta, de lo que tiene más pase.
Se trata de que se sienta a gusto en casa, que esté contento de haber vuelto.
Por lo que, es importante no atosigarlo, puesto que él se ha transformado en un ser libre e independiente con una rutina y hábitos seguramente distinta a la que dejó atrás, en su hogar, cuando se sentía más pequeño. Aquel hogar del que se fue con inseguridades y ahora regresa más mayor y más seguro de sí mismo.
- Demos “manga ancha”, durante un periodo de tiempo.
- Paciencia
- Os tenéis que volver a re-adaptar juntos. Ya no podemos pretender que todo vaya a ser como era antes antes, de hecho, todo va a ser diferente, pero para mejor, pese a que inicialmente todos necesitemos nuestro tiempo y la adaptación sea dura.
- Es muy importante ir a la par con nuestra pareja en esta nueva etapa y abordar a la par los temas que queramos tratar o cambiar en nuestro hijo, ya sea vestimenta, horarios…
- Prioriza los temas que quieres que cambien: rutinas, orden, aspecto físico… no te recomiendo que vayas por todos a la vez.
- Debemos hacer que la nueva convivencia sea lo mejor posible para todos.
- Establecer las normas del hogar con paciencia.
- No juzgar ni criticar a nuestro hijo, mostrarle nuestra comprensión y valorar en positivo sus cambios.
- Intentar que nuestro hijo se sienta feliz de haber regresado en vez de hacer de esa vuelta a casa una amargura para él y para todos.
Es una gran experiencia muy positiva y enriquecedora, para toda la familia, en la que todos los miembros van a aprender, a crecer, y a consolidar sus vínculos.
Aprovecha esta nueva situación para que todos los miembros de la familia valoren la cercanía, el cariño y la familia.