Con cualquiera que nos hable de sentimientos que hemos experimentado sentiremos afinidad y empatía. Muchos de los anuncios de bebidas refrescantes, coches, ropa o colonias, no nos hablan de la prenda o el material de la que está hecha, sino de lo que sentiremos, o sentirán, cuando lo usemos, consumamos, probemos… Es natural y lógico, buscan empatizar con los potenciales consumidores, en el fondo pretenden mover nuestros sentimientos, hacernos creer que seremos más felices, mejores, más deseados…
Cuando educamos tenemos que vender a nuestro “potencial comprador” nuestra idea. Y a la larga, hacer que nuestra idea sea la suya propia. Educar procede de “ducere” que significa conducir, así que cuando educamos estamos conduciendo a esa persona hacia donde nosotros queremos que llegue. Para realizar este proceso, es mucho mejor guiar, estando a su lado que estirando de él.
Si quieres que tu hijo te escuche, primero escúchale tu a él y dile que le entiendes, entonces te escuchará.
Educando desde los sentimientos se asientan bases sólidas, para lo bueno y para lo malo. Si le chillas, le pegas e ignoras sus sentimientos, le estas creando un corazón insensible, egoísta y sin empatía, donde el centro solo es él y los demás no cuentan.
Paulo Freire dijo: “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”.
Sin querer a veces, por cansancio, prisas o el motivo que sea, perdemos los nervios, lo que nos lleva a tener comportamientos, delante de nuestros hijos, que seguro que si los viéramos desde fuera, nos harían avergonzar; pero así somos, con nuestros defectos y carencias… Educar bien a un hijo nadie dijo que fuera fácil,
Pero aquí te dejo reglas de oro para que si dudas las apliques:
1º EMPATÍA
Intenta entender el porqué de sus reacciones, constestaciones, etc… y piensa en cómo te sentirías tú.
2º PACIENCIA
Para educar se requiere paciencia, las prisas y los nervios son malos acompañantes. No improvises, hazte a la idea que cada uno aprende a su ritmo, uno de tus hijos será más ordenado que el otro o más ágil o menos patoso… todos somos diferentes.
3º PERSEVERANCIA
Cada gota va llenando el vaso. No te canses de educar, educa con una caricia, con mimos, con la mirada, con un abrazo, con una palabra cariñosa… pero con disciplina.
4º CONSTANCIA
Aunque creas que no sirve de nada lo que dices, porque piensas que sigue dejándolo todo desordenado, porque cada día has de recordarle que se lave los dientes, que se peine… sigue diciéndoselo o mejor aún demuéstrale que consecuencias tienen sus acciones.
5º HUMOR
Las cosas se pueden decir de muchas maneras y diciéndolas de forma jocosa y con humor a todos nos sientan mucho mejor.
6º DESCANSO
Aunque lo haya puesto en último lugar quizás debería ser el primero. Si tu estás descansada/o tendrás mucha más paciencia, más ganas de pensar en cómo se siente tu hijo y sabrás transmitirle tus deseos.
Si educadas desde el corazón, estás inculcando a tu hijo sentimientos apropiados, que le ayudarán en su vida a relacionarse en sociedad: compasión, tolerancia, confianza, seguridad, afabilidad, entre otros… algo que sin duda será valioso en su personalidad.
Educar el corazón (Educate the Heart-Spanish Subtitles)
Via Equilibrio Emocional
https://www.youtube.com/watch?v=KfdlONjXP0k